jueves, 18 de octubre de 2012

Más perdido que el teniente Bello

Así me encontraba yo mis primeros días en Santiago, cuando me decían "¿qué onda?" sin saber qué se suponía que debía contestar o cuando unos sobrinos de 6-7 años curioseaban una revista Muy Interesante que había llevado y decían "¡hay mujeres piluchas!". Más perdido que el Teniente Bello. Es decir, desorientado, sin rumbo, despistado...
Alejandro Bello
Seguro que han oído la expresión, ¿conocen su origen? La expresión denota bastante sarcasmo y humor negro, pero el origen está en un pionero que no tiene nada que envidiar a Felix Baumgartner.

Alejandro Bello era nieto del fundador de la Universidad de Chile y maestro de Simón Bolívar, Andrés Bello. Nació en 1887 y se crió en la localidad chilota de Ancud. A la edad de 22 años ingresa en el ejército y estudia aviación en Francia.

Regresando a Chile debía examinarse para poder obtener el título de piloto militar. El 9 de marzo de 1914 era la fecha señalada.

En este artículo de El Mercurio relatan los hechos de manera bastante pormenorizada, pero para los que quieran la versión "de bolsillo" ahí va un pequeño resumen:

Aquel día el tiempo no acompañaba a las prácticas de aviación. Había nieblas y fuertes vientos. Los pilotos que se enfrentaban al examen debían cubrir la ruta Lo Espejo - Cuiltrín - Cartagena - Lo Espejo. Para los lectores españoles puntualizar que la Cartagena en la que debían hacer escala no es la Cartagena de España, ni ninguna ora Cartagena de las que abundan por América. Aun faltarían décadas para que una avión pudiese realizar un vuelo tan largo.

Los pilotos partieron a las 5 de la mañana del aeródromo de Lo Espejo, pero desafortunadamente el tiempo los obliga a volver después de dos horas de vuelo. Bello daña su avión en el aterrizaje. Sólo dos pilotos se atreven a hacer un segundo intento, el teniente Ponce y Bello, que cambia de aparato.

Ambos completan la primera etapa del recorrido satisfactoriamente a pesar de las adversidades climatológicas y aterrizan en Cuiltrín. Despegan de nuevo para cumplir la segunda etapa, pero la niebla se hace más densa y dificulta la visión de los pilotos. Ponce se queda sin combustible y completa un aterrizaje de emergencia. Bello sigue entre las nubes y no se vuelve a saber de él.

El instructor, preocupado por el clima, pide informes de Ponce y Bello. Le comunican que Ponce ha aterrizado, pero no hay noticias de Bello. El Ejército inicia la búsqueda. Diversos testigos  afirman haber visto caer una avioneta en distintos lugares de la zona. Incluso una señora declara haber visto aterrizar a Bello en Llo-Lleo, pero ni Bello ni su avioneta aparecen.

El 19 de marzo, 5 días después del examen de aviación, se suspenden las labores de búsqueda. Desde entonces distintos equipos de investigación han intentado localizar restos de Bello o de su avión, el último del que tengo noticia en 2007, y se relata en este video (en el que por cierto discrepan en algunos detalles de la versión de El Mercurio).


El Teniente Bello ha pasado a formar parte de la cultura popular chilena, protagonizando incluso algunas novelas de ficción, como La sombra del fuego de Alejandro Rojas. 

He estado buscando referencias de la analogía de la falta de dirección y lo primero que he encontrado data de los años 60, aunque eso no significa que no se usase antes. En el Boletín de filología de la Universidad de Chile de 1966, volumen 18, dan cuenta del dicho. En 1970 se lo espetó un diputado a otro (no voy a dar nombres porque no es cuestión de retratar a nadie, bueno, por eso y porque no los he encontrado, pero eso es un detalle secundario)

Los descendientes del teniente hablaron en el año 2010 con el periódico la Cuarta y nos piden tranquilidad. Han hablado con el teniente Bello a través de prácticas espiritistas y nos transmiten su mensaje. No lo busquen más, no lo van a encontrar nunca.

¿Se acordarán de Baumgartner dentro de 100 años como nos acordamos nosotros hoy de Alejandro Bello?




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