jueves, 19 de diciembre de 2013

Chilenismos sanitarios

Recuerdo que una de las primeras veces que mi familia chilena me contó de una emergencia médica y que habían llevado al enfermo a la posta. Ahí me di cuenta de que usamos palabras diferentes. ¿Qué narices era una posta?
Posta Central por Jorge Barrios
La visita al diccionario no me ayudó mucho pues la única acepción que se aproximaba a lo que buscaba era: “Conjunto de caballerías que se apostaban en los caminos cada dos o tres leguas, para que los tiros, los correos, etc., pudiesen ser relevados” y “Casa o lugar donde estaban las postas”. También vi que se usaba mucho para designar los lugares en los que se recibía y repartía el correo. Recientemente volví a hacer la misma búsqueda buscando más explicaciones y me percaté que añade una acepción exclusivamente para Cuba. Posta médica, que define como “Dispensario situado en una zona suburbana o rural.” Eso me cuadraba más aunque no se ajustaba completamente a lo que buscaba pues mi familia hablaba del centro de Santiago, nada rural o suburbano.

Buscando por Google he visto que el término posta médica no es exclusivo de Chile o Cuba, y que también se usa en Perú.

Indagando un poco más he descubierto que en Santiago existe el Hospital de Urgencia de Asistencia Pública, más conocido como La Posta Central. La Posta Central se fundó en 1911 como el primer centro permanente de urgencias del país. Imagino que en Chile se obvió el aspecto “rural” del centro y ya que estamos se amplió un poco la idea de “dispensario” para ponerle el nombre a este centro. En 1993 se cambió el nombre al de HUAP, pero el nombre de la Posta Central ya estaba demasiado arraigado en la sociedad y los chilenos siguen usándolo.

Y hablando de hospitales, otra diferencia que noté al hablar con la familia es que el término hospital es automáticamente ligado a público, mientras que el equivalente privado es clínica u hospital clínico. En España, en cambio, clínica es un centro médico pequeño, también privado, pero algo más grande es siempre un hospital, ya sea público o privado. Al principio me costó pues cuando me hablaban de un hospital yo preguntaban si era público o privado y me miraban como si fuese weón. Público, obvio. Si es privado dicen clínica u hospital clínico, si se dice hospital solo es público.

Según la RAE clínica es “Establecimiento sanitario, generalmente privado, donde se diagnostica y trata la enfermedad de un paciente, que puede estar ingresado o ser atendido en forma ambulatoria.” Así que creo que se ajusta más al uso chileno, pues no especifica el tamaño. Mientras que hospital es “Establecimiento destinado al diagnóstico y tratamiento de enfermos, donde se practican también la investigación y la enseñanza.“ Muy parecido al de clínica, y en este caso más parecido al uso español, pues no dice nada de si es público o privado.

Otro término que usamos diferente es cuando el médico certifica que uno no está en condiciones de trabajar. En España los doctores dan la baja médica mientras que en Chile otrogan una licencia. En España sólo lo dan los médicos del sistema público, mientras en Chile lo da cualquier médico. Otra diferencia es que en Chile la licencia se termina sin más y en España en cambio el paciente debe volver al médico para que le dé el alta médica, es decir, el doctor debe certificar que el paciente ya está recuperado.

Hace un par de meses mi cuñada tuvo que pasar por el hospital de urgencias, y lo pasó muy mal. Sabéis que no suelo entrar en polemizar sobre política, pero en esta ocasión mi cuñada me pidió permiso para publicar a través de mi blog unas palabras que ella había escrito, y como habitualmente hablo de nuestras anécdotas y conversaciones, me diento en deuda y accedí. Así que os dejo con sus palabras:

Quiero en estas líneas referirme a un hecho puntual sucedido en día 7 de octubre del 2013, en la región metropolitana, comuna de santiago de Chile. Ese día siento mucho dolor en mi estómago, con una puntada en la ingle derecha, comenzando adormecerse también mi pierna del mismo lado, pensé de inmediato que era apendicitis, cada vez el dolor se hizo más agudo, entonces le dije a mi compañera Loreto de depto que me acompañara al consultorio cercano a nuestra casa, fuimos, pero éste se encontraba cerrado como a las 21 hrs, pensé de inmediato, cómo puede estar cerrado?, si es un consultorio barrial, debiera estar las 24 hrs abierto por si alguien necesita ir de urgencias a la posta o ser tratado por alguna enfermedad. Bueno llamé de inmediato a mi amigo Rodrigo, el cual nos pasó a buscar en vehículo para llevarnos a la posta central. Aquí donde comienza el grueso de esta historia, estuve desde las 22 hrs a las 4 am, y hasta ese momento todavía no era atendida, habían personas esperando por 7 horas o más, un caballero me contó que su cuñado esperó con dolores de apéndice por casi 12 hrs, hasta que éste se reventó, lo operaron y se dieron cuenta que se había introducido un virus en su vientre, virus que se encuentra en la misma posta, entonces lo abrieron de nuevo, ahora si con un tajo mucho más grande.

Me acuerdo cuando fui al consultorio, le dije al doctor que tenía unas manchas en la cara, si me podía derivar al dermatólogo, me dijo que debía tomar vitamina E para las manchas, es decir que ni siquiera tengo el derecho a verme mejor, eso es para los que tienen el dinero, yo sólo tengo opción a que me atiendan si tengo ya cáncer en la piel, o cómo se ve frecuentemente si no tengo toda mi dentadura, porque si quiero que me pongan dos dientes, eso es imposible, cuantas mujeres de estrato social bajo- hasta la denominación ya es mirada desde la inferioridad,- han perdidos sus dientes, pero deben ser casi todos para recién ayudarlas, es tan injusto este sistema.

Bueno al final de todo partí al Hospital clínico J Aguirre, ahí cambió todo el trato, me atendieron de inmediato, todo era mucho más limpio y optimo, porque estaba pagando, me pregunto, por qué no existen más profesionales de la salud trabajando en los servicios públicos, no será que ellos deben tener un mayor pago, al igual que los profesores de nuestro país, para cubrir de manera profesional las necesidades de los ciudadanos, y no tener que trabajar para cubrir sus propias necesidades en servicios particulares. 

Necesitamos organizarnos como ciudadanos, y no dejar más que este sistema tan superficial se siga llenando la boca con que Chile es un país en desarrollo, porque si nos es capaz de entregar con respeto, es decir  valorar al otro en todos los sentidos, no desde un punto de vista de cifras, sino de humanidad, ni tampoco de caridad, sino realmente de igualdad, todos tenemos el derecho de tener la misma salud, educación, alimentación y un techo digno donde vivir.

Karin Encina Cabello
Cuidadana Chilena
9-10-2013

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