martes, 11 de noviembre de 2014

Toponimias de Chile: Los Vilos

Hoy vamos a hablar de Los Vilos debido a que se cumplen 409 años desde que el gobernador de Chile, Alonso García Ramón otorgara las tierras que hay entre Mincha y el río Conchalí a Francisco Hernández Ortiz.
 
panorámica de Los Vilos, foto de Elmergruñon
Pero la historia de Los Vilos viene de lejos. Hay rastros arqueológicos de antes del año 10.000 Antes de Cristo de culturas nómadas y asentamientos humos desde el 4.000 Antes de Cristo. En la zona habitaron las culturas Molle, Llolleo, Bato y Aconcagua. Los mapuches llamaron a la zona Lof Vilu, Famila de culebras. Esta es la tomonimia aceptada, aunque hay un par de teorías minoritarias que dicen que podría ser una corrupción de Los Vientos, por la climatología de la zona o de Lord Willow.
 
Estatua en Los Vilos. Foto de Bachelot Pierre J-P
En el siglo XV es ocupada por el Imperio Inca, y en 1533 llegan los primeros españoles a la zona, y no lo hacen con la intención de conquistar el territorio, sino huyendo. Nos explicamos.

Pedro Calvo era un soldado español en Perú que tuvo un pequeño problema con uno de los hermanos Pizarro. Para su desgracia Francisco Pizarro es quien corta el queque en el Virreino de Perú, con lo que le castiga cortándole las orejas. Temeroso de más castigos le solicitó a Atahualpa que le ayudase a huir lo más lejos posible, y éste le envió a la zona más remota e inaccesible de su reino: Chili.

A Pedro Calvo lo acompañó Antón Cerrada. No se sabe el motivo. Pedro Calvo cambió su nombre por Gonzalo (nombre de uno de sus hermanos) Barrientos (apellido de su madre). Ambos cruzaron el desierto de Atacama y llegaron hasta Los Vilos. Allí ambos se separaron. Gonzalo Barrientos, el desorejado antes conocido como Pedro Calvo, llegó hasta Quillota donde se adaptó a las costumbres de los mapuches. Antón Cerrada… no se sabe. Se pierde su pista en Los Vilos.

Pedro Calvo el desorejado
Como avanzamos al inicio del post en el año 1605 estas tierras le fueron otorgadas a Francisco Hernández Ortiz. Este soldado había destacado en la guerra con los mapuches y había fundado Cabulco. Se sabe que en 1613 se encontraba muerto y que probablemente nunca llegó a conocer las tierras que le habían otorgado.

Pero eso no quiere decir que se fundase Los Vilos. No es hasta 1855 que empieza a conformarse como pueblo, al ser nombrado puerto menor por el presidente Manuel Montt. En 1857 se empiezan a trazar las calles. Hasta entonces sólo había unos muelles donde unos pequeños grupos de marinos se establecían para transportar los productos elaborados en Illapel.

Durante el siguiente siglo Los Vilos experimenta un lento crecimiento que acompaña a la actividad portuaria. Poco a poco nuevas infraestructuras son construidas. En 1922 un tsunami provocado por un terremoto en Vallenar devasta Los Vilos, que tarda una década en recuperarse.

En los últimos años el turismo ha dado un empujón al desarrollo de la ciudad y el crecimiento demográfico ha sido importante. En 1982 contaba con 6.500 habitantes y en 2002 casi los triplicaba con cerca de 18.000 habitantes. Las últimas estimaciones de población muestran una moderación del crecimiento con de algo menos de 20.000 habitantes. Varias playas, un acuario y la costanera (paseo marítimo) son los atractivos de la ciudad, además de los centros arqueológicos próximos al municipio. Además cuentan con la explotación minera de Los Pelambres para apoyar la economía vileña.

Aunque hoy no se celebre oficialmente su fundación, felicitamos a Los Vilos por su historia.

Actualización 11/11/2014: A través de Facebook Juan Carlos Villarroel nos ha hecho llegar el siguiente comentario de un historiador local llamado Joel Enrique Avilez que añado al artículo pues aclara un par de puntos:
"Lof Vilú" es un invento de Titín Molina. No hay ninguna base para presumir que toda la zona se llamaba así. En el primer mapa hecho en 1859 se le llama "bahía" Conchalí. Al parecer sólo la playa se llamó Vilos, y por eso en los mapas antiguos se le denomina Puerto Vilos. Para finales de la década de 1860 se comienza a llamar Los Vilos. Según el historiador Herman Carvajal Lazo, en su "Toponimia del Valle del Choapa" (del cual hago el prólogo de su edición revisada y ampliada, próxima a entrar a imprenta) y citando al investigador Lenz de principios del s. XX, establece que la raíz es mapuche. En esa introducción señalo que los mapuche no eran nativos de la zona, sino trasplantados desde el sur, primero por los Incas (está demostrado que reclutaban hijos lonkos, los educaban en el Cuzco y los traían de vuelta para ser funcionarios del Imperio) todos los nombres de jefes desde Huasco a Coquimbo tenían raíz mapuche a la llegada de los españoles (demostrado por el estudio lingüistico citado y por la revisión de otras fuentes citadas por el arqueólogo Gastón Castillo). Una segunda ola de mapuche fue traída como mano de obra esclava a trabajar al norte, e incluso a Perú, debido a la notable disminución de población nativa por la guerra de exterminio y esclavitud forzada, junto con las enfermedades introducidas. Ellos cambiaron los nombres geográficos y han sido un dolor de cabeza para los investigadores, jejeje. En cuanto a los españoles citados, ambos regresaron con Diego de Almagro y encontraron la muerte en la guerra civil contra los pizarristas (también hay constancia de ello en las crónicas).

3 comentarios:

  1. Muy bueno y entretenido tu blog y como en esta entrada no hay comentarios, me recordé de esa expresión típica chilena para referirse a un lugar donde no hay nada: "entre Tongoy y Los Vilos"

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  2. Me encantó el post!
    Vine de vacaciones a la Serena y vimos un barco que decía lord willow, y nos preguntamos si estaba relacionado a los Vilos. Muy informativo!

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  3. Buenas tardes.
    mi comentario es para respaldar el origen de la palabra los vilos, según el historiador Igor Goicovic Donoso en su libro Pasando a la Historia: Los Vilos 1855 - 1965, del año 1995 indica: Su nombre viene de la alteración de la palabra indígena vilu, que significa culebra o paraje de culebras.

    Francisco Solano Astaburuaga: Op. cit., p. 882. Rodolfo Lenz: Diccionario etiológico de las voces chilenas derivadas de las lenguas indíge-
    nas americanas. Santigo de Chile, 1905-1910, p. 1451

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