lunes, 18 de noviembre de 2013

Refranes Chilenos (I)

Es habitual recurrir a la sabiduría popular que se transmite de padres a hijos de generación en generación para obtener consejo o precaución en diversas situaciones. Recuerdo que mi profesora de lengua castellana y literatura nos decía que uno de los rasgos de la poca educación de Sancho en El Quijote era que utilizaba refranes constantemente, y a mí en cambio me parecía un síntoma de conocimiento de la vida. Lo que no me espera es conocer versiones diferentes de los refranes por casarme con una chilena. Vamos a ver algunos ejemplos.

Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla, en obras en la época
de Alonso de Fonseca. Los arcos pertenecen a la mezquita consagrada
por los cristianos.
Por John Picken

Mi mujer me sorprendió una vez que me quitó el asiento con un “El que se fue a Melipilla perdió su silla”. ¿El que fue a dónde? Siempre ha sido Sevilla. Pues será en España, en Chile es Melipilla. El origen del dicho está en el siglo XV. El Arzobispo de Sevilla, Alonso I de Fonseca pituteó a su sobrino Alonso II de Fonseca, para que fuera arzobispo de Santiago (de Compostela, no Chile, no nos liemos). El sobrino participó en intrigas políticas y fue arrestado por uno de los señores de la época. La familia pagó su rescate… usando la tesorería de la iglesia, lo que provocó un escándalo entre los feligreses. Para evitar males mayores, sobrino y tío intercambiaron diócesis, quedando el tío en Galicia y el sobrino en Sevilla.

El tío se dedicó a apaciguar los ánimos y resolver los problemas de “malversación de fondos” de su sobrino y cinco años más tarde quiso volver a intercambiar las diócesis, a lo que el sobrino se negó. El tío tuvo que pedir el apoyo papal, que dictó una bula en su favor, y viendo que su sobrino la ignoraba tuvo que solicitar el apoyo armado del Rey de Castilla, que finalmente tuvo que dar su brazo a torce. Años después en Santiago quiso que su hijo “heredase” el puesto. Como esto iba contra las reglas, colocaron a un hombre de paja que estuvo en un breve periodo antes de renunciar al cargo. Hecha la ley, hecha la trampa.

Así pues, lo correcto sería decir “El que se fue DE Sevilla perdió su silla”. El folclorista chileno Oreste Plath recopiló varias versiones del dicho. En Chile se dice melipilla, pero en Argentina y Perú usan “la villa” por ejemplo y hay diversos contra-refranes para usar contra el ladrón de asientos, como “Y cuando llegó de las mechas lo sacó.” O “Quien fue a Granada no perdió nada.”. me gusta la versión ecuatoriana de “El que se va para Quito pierde su barquito”.

Otro refrán en el que no solemos coincidir es cuando hay rumores y deducimos que algo más o menos cierto está ocurriendo. Ahí decimos ambos “cuando el río suena…” , pero completamos la frase de un modo diferente, yo digo que el río lleva agua y mi mujer que trae piedras. El Centro Virtual Cervantes sólo reconoce mi versión y cuando busco en libros del siglo XIX suelen corroborar también mi refrán. Pero no está todo tan claro.

En Teatro Nuevo Español (1801) dice el Comendador:

esto debe advertirte que ojo alerta á la menor cosa , que todo tiene su utilidad , que quando el rio suena agua lleva , y que donde quiera que hay rumor, siempre hay algo que saber


Pero no está la cosa tan clara. En Teatro Español burlesco, o Quijote de los teatros, cum notis vario cum (1802) abren la puerta a la versión de mi mujer

no puedo dexar de persuadirme que algo tiene el agua quando la bendicen, y que al fin , quando el rio suena agua ó piedra lleva


Con posterioridad encuentro más referencias al agua que a las piedras, pero éstas vuelven a aparecer. Seguramente mi mente está sesgada hacia “mi” versión, pero es que le encuentro mucho más lógica. Cierren los ojos. Imagínense el rumor de un riachuelo. ¿Lleva piedras” A lo mejor sí, a lo mejor no. ¿Y agua? Eso seguro, si no, no sonaría por muchas piedras que hubiese dentro. Algunos argumentan que lo del agua es redundante pues si es río debe llevar agua, pero a éstos les invito que se pasen por mi pueblo y vean el río que lo cruza. Si no se juntan semanas de lluvia junto con el deshielo de la primavera les aseguro que sólo encontrarán arbustos.

¿El río Mapocho suena por el agua o por las piedras?
Para terminar por hoy –que no con los refranes, pues tengo un par más en la recámara para otro día- vamos con el refrán favorito de las personas cautas. “Más vale prevenir…” Y aquí volvemos a discrepar. Yo digo que curar y ella que lamentar. De nuevo el Centro Virtual Cervantes habla de mí versión, pero en este lugar aceptan como variante la versión del lamento.

La realidad es que la versión original del refrán no es ni con uno ni con otro  En La Celestina (1499-1502) Fernando Rojas escribe:
Y pues somos inciertos cuándo habemos de ser llamados, viendo tan ciertas señales, debemos echar nuestras barbas en remojo y aparejar nuestros fardeles para andar este forzoso camino, no nos tome improvisos ni de salto aquella cruel voz de la muerte; ordenemos nuestras ánimas con tiempo, que más vale prevenir que ser prevenidos: demos nuestra hacienda a dulce sucesor; acompañemos nuestra única hija con marido cual nuestro estado requiere, por que vamos descansados y sin dolor deste mundo

Y en diversos libros posteriores encontramos otras versiones “mas vale prevenir, que arrepentirse de no haber prevenido” o “Mas vale prevenir , que posponer la resolución de lo que se debe hacer” o “mas vale prevenir el mal, que hallarse en la precision de castigarle”. El primer más vale prevenir que curar lo encuentro en Memento terapéutico: formulario de bolsillo del médico (1830) de A. Hecquet. Y en un par de publicaciones médicas del siglo XIX usan la misma expresión o una similar “más vale prevenir que remediar”. No sería hasta el siglo XX que pasaría al lenguaje coloquial. 

El primer “Más vale prevenir que lamentar” lo encuentro con posterioridad en los años 40 del siglo XX. Concretamente en un aviso publicitario de unas llaves de seguridad en México.


De nuevo le encuentro más sentido a “mi” versión. Cualquier cosa es mejor que lamentar, sin embargo algún descerebrado puede pensar que es mejor curar que prevenir, solucionar los problemas sólo cuando se manifiesten, y el refrán lo que recuerda es que los que optan por esta filosofía salen perdiendo. Claro, que los defensores de la otra versión pueden argumentar que hay cosas que no se curan, y entonces ¿qué? ¿es mejor lamentar que prevenir?
Todos sabemos que los refranes siempre nos iluminan, por ejemplo, ¿debo levantarme pronto mañana? Al que madruga Dios le ayuda y no por mucho madrugar amanece más temprano. ¡Oh, no! Ahora no sé qué hacer. Tendré que pensar por mí mismo, no como el pobre Sancho Panza.

14 comentarios:

  1. "más vale prevenir que curar" ese lo decia mi abuelita. xD

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    1. Por lo que dicen abajo hay gente que lo usa en Chile, no sé si dependerá de las regiones o las tradiciones familiares...

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  2. Nuevamente me encuentro con la superioridad del Español. Lo que yo puedo leer aquí, es que solamente encuentras fundamentos a los dichos españoles. Entrando en comparación entre una cultura y otra. En fin...

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    1. Ya digo en el artículo que probablemente mi punto de vista esté sesgado ;-) en otras ocasiones me parece que los chilenos nos ganan en lógica, como por ejemplo el "resbalín". Me gusta más y es más intuitivo que "tobogán"

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    2. En Chile también usamos la palabra tobogán. es lo mismo que un resbalín pero de grandes proporciones.
      ej: en la plaza hay un rebalín
      en el parque acuático hay un gran tobogán.

      si le digo resbalín al tobogán se van a reír de mi, aunque todos sepan que es lo mismo. (+cacha el terrible resbalín. - tobogán ahueonao.)

      me gusta tu blog.

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  3. Estimado, el refrán más vale prevenir que curar, toda mi vida lo he escuchado tal cual. No sé si existen diferecias a lo largo de Chile, pero si tu señora tiene otra versión pareciera que sí..jeje.

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    1. Quizá es cosa de mi familia o varía por regiones como tú dices... estaré atento en mi próximo viaje a Chile a ver si lo oigo más. Gracias.

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    2. Yo creo que "más vale prevenir que curar" tiene más sentido que "más vale prevenir que lamentar"...te explico por qué (bueno, por qué lo creo yo). Si dices "Más vale" eso implica que "es mejor" ¿qué es mejor?, bueno, es mejor prevenir un resultado negativo o un peligro, tomando precauciones, justamente para que después no tengas que corregirlo, está claro que si no tomas precauciones te lamentarás...pero con lamentarte nada ganas, lo que tendrás que hacer luego de lamentarte será "curar" o "enmendar" el error de no haber sido precavido. El "lamentarse" lo tienes asegurado por burro...lo que te estarías ahorrando en realidad es la parte de "curar" el daño eso...Es por eso que encuentro más sentido a "más vale prevenir...que después tener que curar por idiota" :) saludos!

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  4. Que curar se usa mucho más en Chile, los viejos usan más el lamentar.

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  5. se que esto es antiguo pero mi familia y yo también decimos más vale prevenir que lamentar

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  6. En Chile puede tener ambos sentidos, "prevenir q curar", en el ámbito se salud y médico, cómo "prevenir q lamentar" en un ámbito más bien de precaución y prevención. En nos casos el dicho para nosotros estaría bien.

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  7. Mil años después, pero a lo mejor te gusta mi punto de vista: el "evento" que los españoles citan como origen de la expresión "el que se fue a Sevilla perdió su silla" ocurrió después que la existencia de la existencia de la expresión "Chi va a Roma perde la poltrona" (es exactamente lo mismo, solo que Roma rima con poltrona, pero no con silla). Mi humilde opinión, como lingüista, es que lo ocurrido en Sevilla reformuló la frase ya existente dada la facilidad de su rima con la palabra silla.

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