Toponimias chilenas: Valparaíso

Valparaíso es una ciudad espectacular. Los cerros rodean la bahía, y en ellos se levantan casas de múltiples colores. De día ofrece una colorida postal y de noche parece que las estrellas han bajado a recibirnos. Su peculiar arquitectura le ha valido ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lo que ha ayudado a preservar su belleza. En un intento de descentralizar el país, es sede del Congreso Nacional de Chile.

Valparaíso Nocturno
por Felipe Araya

Antes de la llegada de los españoles los changos habitaban la bahía del hoy Valparaíso. Como hemos visto en otros artículos los changos eran un pueblo pacífico y dedicado a la pesca, desplazándose según sus necesidades. Los changos llamaban a la zona valle del Quintal. El pueblo picunche, que también se asentaba cerca de la bahía, lo llamaba Aliamapu, que significa tierra roja, quemada o seca. No está claro si Aliamapu era un término usado antes de la llegada de los españoles y que describía la sequedad del terreno o su propensión a incendiarse, o posterior y que hacía referencia a la matanza que cometieron los conquistadores contra los indígenas.

Diego de Almagro parte en julio de 1535 desde Perú hacia el sur, para explorar y conquistar la ignota tierra llamada Chile que se suponía abundante en oro. Almagro tuvo una dura y penosa expedición hasta que refuerzos llegaron por barco a Los Vilos. Ahí Almagro le encomendó al capitán Juan de Saavedra que reconociera el litoral. Ya estamos en septiembre de 1536 y Saavedra se encuentra con una acogedora bahía donde puede detenerse a reparar el barco y continuar hacia el sur. Según las versiones más aceptadas Saavedra decide bautizar esta bahía en honor a su pueblo natal, Valparaíso de Arriba. La expedición seguiría hacia el sur sin mucho éxito, informarían a Almagro y éste decidiría retornar al Perú, abandonando la bahía de Valparaíso, que Saavedra no volvería a ver.

En 1541 Pedro de Valdivia inicia el segundo intento de conquista de Chile. Ante la petición de ayuda al virrey del Perú, éste envía dos barcos con refuerzos, que llegan en 1544 a la bahía de Valparaíso. Según algunas versiones el capitán Juan Bautista Pastene es el que bautiza a la bahía como Val del Paraíso por su belleza. El 3 de septiembre de ese año Valdivia nombra oficialmente la bahía como puerto de Santiago.

La versión que otorga a Pastene es más poética, pero personalmente me parece más creíble que Saavedra bautizase la bahía en honor a su pueblo que Pastene en honor a su belleza. Pero cada cual que saque sus conclusiones. En algunos escritos además destacan que Saavedra nombró así a Valparaíso porque le recordaba mucho a su pueblo. Me cuesta creerlo, porque aunque el Valparaíso conquense está en un valle, éste es pequeño, con desniveles de 100-150 metros mientras que los cerros de Valparaíso alcanzan y superna los 500 metros, y especialmente porque el mar en Cuenca está un poco más lejos… cerca de 300 kilómetros para ser exactos. En mi modesta y poco académica opinión, simplemente lo llamó así para honrar a su pueblo natal, pero no porque encontrase gran semejanza.

En 1550 el gobernador Juan Gómez (futboleros, no es Juanito, no) se levanta un día con el pie izquierdo y se le ocurre la brillante idea de exterminar a todos los changos para evitar una posible sublevación. Una guerra preventiva que se puso de moda recientemente en Irak. Fue tan cruel que muchos de los españoles que vivían en la bahía decidieron abandonar poco a poco el lugar. Esta matanza es la que algunos argumentas para decir que el nombre de Aliamapu se puso tras la llegada de los españoles, la manchar la tierra con la sangre de este pueblo.

Valparaíso fue atacado por célebres piratas: Francis Drake en 1578, Richard Hawkins en 1594, Oliver van Noort en 1600 y Joris Spielbergen en 1615.

Tal día como hoy, un 19 de septiembre de 1682 Valparaíso obtiene su independencia de Quillota, formando su propio corregimiento. Fue mucho más tarde, el 19 de abril de 1789 cuando obtuvo el rango de municipio gracias a Ambrosio O’Higgins.

Valparaíso vivió su edad de oro en el siglo XIX. La independencia de España les permitió comerciar con otras potencias comerciales y Valparaíso era un lugar ideal para que los barcos atracasen en sus rutas de larga distancia. La explosión de la minería en Chile supuso un añadido y el pequeño puerto chileno pasó a ser una ciudad multicultural. Llegaron principalmente ingleses, pero también italianos, franceses, alemanes… El periódico más antiguo de lengua hispana que aún se edita es de aquí: El Mercurio, fundado el 12 de septiembre de 1827.

En 1866 los destinos de Valparaíso y España se volverían a encontrar. El 31 de marzo y en el marco de la Guerra hispano-sudamericana. La flota española bombardea Valparaíso. Lo hace como medida de castigo y avisa con tiempo suficiente para evacuar la población. A pesar de que el gobierno chileno retira los cañones de defensa del puerto y se izan banderas blancas en distintos puntos de la ciudad, la armada española no tiene piedad y durante tres horas bombardea el puerto causando graves daños económicos.

Durante el último tercio del siglo Valparaíso consiguió recuperarse y continuar con su progreso.  El siglo XX, sin embargo, ha significado su decadencia. La caída de la minería salitrera, el terremoto de 1906, la apertura del canal de Panamá, la crisis de 1929… todos fueron factores que contribuyeron a que Valparaíso perdiese pujanza económica.

El 3 de septiembre de 1939 Valparaíso da refugio 2.200 exiliados españoles que llegan al puerto desde Francia. Son refugiados que huyen de la Guerra Civil Española y de la dictadura de Franco que acaba de comenzar. Pablo Neruda se encargó de enviar el barco Winnipeg a Chile. Hoy un porteño tiene un bar chileno en Madrid (gracias al cual ayer disfrute de una ricas empanadas con mi mujer e hija). Su nombre: El regreso del Winnipeg.

Niños del Winnipeg por Daniel Mir

En el año 2003 el casco histórico de Valparaíso fue incluido en la lista de la Unesco de lugares Patrimonio de la Humanidad debido a la combinación de arquitectura colonial y victoriana. Pintorescos son además sus ascensores para poder subir y bajar a los cerros más empinados y sus trolebuses.

Hablando de sus cerros, Leopoldo Sáez Godoy, investigador y lingüista, publicó en los años 60 el libro Toponimias de Valparaíso, dando explicación al origen de los nombres de cada uno de sus cerros. En este blog pueden leer un resumen de cada uno de ellos. A mí los que más me han llamado la atención son el Cerro Placeres, que debe su nombre a un arroyo que tenía oro y en jerga minera se dice a estas arenas placer aurífero, el Cerro Ramaditas por las celebraciones de las fiestas patrias, el Cerro Alegre por las casas inglesas de bellos colores y floreados jardines, el Cerro Playa Ancha por la arena del cerro (sin mar), y el Cerro Blanco por un fuerte pintado de este color que pasara piola (inadvertido) por las flotas enemigas.

Otros nombres para Valparaíso son Valpo, como abreviatura, Joya del Pacífico o Pancho, porque así llamaban los marinos a la torre de la Iglesia de San Francisco, aunque algunos dicen que es por su parecido a la ciudad estadounidense (ya tenéis pregunta para la respuesta de Trivial de qué une la frenética ciudad de San Francisco con el tranquilo pueblo de Cuenca donde nació Juan de Saavedra).